"Contrabando de lujo"... historia apocrifa

¿Quieres hablar de algo que no tiene lugar en el resto de foros de Tintin? Aquí puedes.

Moderator: pedrorey

User avatar
zafiret
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Posts: 970
Joined: 07 Feb 2008, 23:30

Re: Buff, me he desvelao

Post by zafiret » 07 Feb 2011, 15:12

Cuando ya habían salido de la selva recibieron un mensaje por la emisora del Jeep.

-Adelante, Jefferson. Me recibís ¡Cambio!... Si, Jefferson, ¿me recibís? ¡Cambio!

Unos segundos de silencio y la voz se impacientaba.

-Atención, Jefferson, ¿me recibís?... Ahorita mismo hemos llegado a la posición que nos señalaste, pero aquí no hay ni rastro de ese tal Haddock.

Una tercera voz se unió a la conversación.

-Atención, al habla el coronel Sponsz. ¡¿Qué ha pasado con el espía?! ¿Ya lo han cogido? ¡Cambio!

-Coronel Sponsz, al habla Hilario. Ni rastro de Jefferson, sólo hemos encontrado un todoterreno estrellado contra un árbol, con señales de disparos. Lo hemos registrado palmo a palmo y no hemos encontrado nada, solamente un resguardo de alquiler. Según este papelote lo alquiló un tal Gonzalo Montalvo, con dirección en la pensión Kolomayo. ¡Cambio!

-Por los bigotes de Plekszy-Gladz…

La comunicación se cortó. Tintín se dio cuenta de su descuido y aceleró al máximo el Jeep.

-Tenemos que darnos prisa. Tenemos que llegar antes que ellos a la pensión o nos quitarán las pruebas que les sustraje.

-Pero… ¿qué pruebas? Cuéntame todo lo que sabes.

-Localicé el lugar donde hacen los tratos y conseguí robarles documentos que incriminaban a muchas personas… pagos, cuentas de bancos, direcciones, nombres, contactos… Ya tengo desenmascarada la red casi al completo, desde Omar Ben Salaad hasta Allan Thompson y sus secuaces.

-Pero entonces, ¿has resuelto el caso?

-Todavía no, hay que tenderles una trampa para coger a los cabecillas con las manos en la masa. Solo así tendría credibilidad la historia, que engarza hábilmente a multitud de personajes a nivel internacional.

Llegaron al palacio presidencial y aparcaron justo en la puerta de la pensión. Tintín les dijo a los detectives que esperaran unos cuantos metros más abajo, por si necesitaba su ayuda. Haddock y Milú se quedaron en el Jeep de Jefferson. Se dirigió rápidamente hacia la puerta y cuando estaba a punto de entrar vio a Basil Bazaroff, revólver en mano, cruzando la calle y encaminándose también a Kolomayo.

Tintín entró corriendo y subió los escalones de tres en tres. Abrió precipitadamente la puerta de su habitación y la cerró tras de sí echando la llave y colocando la cadenita de seguro. Abajo, Basil Bazaroff se impacientaba mientras esperaba a que le atendieran para darle el número de habitación.

-A ver… el maletín con todos los papeles… meto dentro las fotos que he ido haciendo y el croquis de los sospechosos… oh, mi documentación… y la maleta con la ropa…

Oyó ruido de pasos por el pasillo. Ya no tenía tiempo y no podía salir por la puerta. Abrió el balcón. En ese momento abrieron la puerta, que qudó bloqueada por la cadenita.

-¡Alto! Deténgase… Policía de Alcazarópolis…

Tintín lanzó las dos maletas por el balcón y se dispuso a saltar sobre el techo de lona de un camión que había aparcado justo debajo. En ese momento saltó en mil pedazos la cadenita de la puerta. Instintivamente giró la cabeza, el tiempo justo para que Basil Bazaroff le viera la cara… Iba a disparar, pero se quedó de piedra…

-¿Tú? No puede ser, yo mandé eliminarte. ¡Tú estás muerto!

-A veces, las apariencias engañan…

Saltó sobre la lona, cogió las maletas y rodó hasta quedar a cubierto tras el remolque. Basil Bazaroff no pudo más que verlo correr, maletas en mano. Demasiada gente en la calle para disparar. Tintín aún se giró para asegurarse de que no le seguía. De repente se escuchó un frenazo y un coche lo atropelló, haciéndolo volar por los aires. Cayó al suelo y soltó ambas maletas, quedando momentáneamente conmocionado. Haddock, al ver lo sucedido, arrancó el Jeep y se entrometió entre Tintín y Basil Bazaroff, quien ya le apuntaba para dispararle. Bajó, le ayudó a subir, recogió las cosas del suelo y salió a toda velocidad.

-Venga, chico, vámonos de aquí…

Tintín estaba aturdido, pero aun así pudo ver que el capitán sólo había recogido una de las maletas. Sin fuerzas para avisarle se desmayó.

De repente apareció por la esquina un vehículo militar a toda velocidad. El copiloto era el coronel Sponsz, quien reconoció el Jeep de Jefferson y ordenó que los siguieran.

-Seguro que son ellos, no les perdáis de vista.

Haddock pasó junto al coche de los detectives y éstos arrancaron, dejando se vehículo atravesado en medio de la calle obstruyendo el paso. Les dio el tiempo justo a bajar antes de que el vehículo de Sponsz, que iba demasiado rápido como para poder frenar a tiempo, colisionara brutalmente.

El capitán Haddock miró por el retrovisor y vio a los detectives coprriendo tras él. Paró el tiempo justo como para que Hernández y Fernández alcanzaron el Jeep. Después reanudó la marcha.

Aún tuvo tiempo Sponsz de recuperarse del choque y disparar unas cuantas veces sin fortuna. Volvió a meterse en su vehículo para avisar por radio… pero el accidente la había dejado inservible. En un arrebato de rabia lanzó con fuerza el auricular, que tras rebotar en la guantera le golpeó en la nariz.

Haddock condujo sin mirar atrás. Los detectives intentaban reanimar a Tintín sin conseguirlo. Cogieron el camino del aeropuerto y, cuando ya estaban lo suficientemente lejos de Alcazarópolis, pararon en una estación de servicio abandonada el tiempo justo para dejar allí a Jefferson junto a un inservible surtidor de gasolina.
Este foro es contagioso... ¡y hasta peligroso!
Cuidado con EL VIRUS CON COPETE.

User avatar
zafiret
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Posts: 970
Joined: 07 Feb 2008, 23:30

Re: Buff, me he desvelao

Post by zafiret » 07 Feb 2011, 22:40

Tintín recuperó la consciencia. No recordaba muy bien lo que le había ocurrido pero tenían dolorido todo el cuerpo. Estaba acostado en una confortable cama de hospital. Intentó incorporarse pero se mareó. Miró a su alrededor y vio al capitán Haddock sentado en un butacón con Milú a sus pies.

-Ca… pi… tán…

-Tintín, hijo. Al fin te despiertas. Llevas durmiendo cinco días. ¿Cómo te encuentras, grumete?

-¿Dón… de es… toy?

-Conseguimos huir de Alcazarópolis. Estamos en el hospital militar de Sanfación, capital de Nuevo Rico. Aquí estamos a salvo.

-Me duele…

Tintín posó su mano sobre un aparatoso vendaje que le cubría la cabeza.

-Tranquilo, chico. Voy a avisar al doctor Paredes. No te muevas.

-Des… cuide…

Mientras Haddock volvía, Tintín intentó aclarar sus ideas. Ahora lo veía todo confuso, le venían imágenes que no lograba ordenar… Alcázar, Sponsz, Abdallah, Bazaroff… De repente apareció Alain Boullu en su mente… Cuando Haddock entró con el doctor Paredes se encontraron que Tintín ya estaba sentado en el borde de la cama.

-¡Mil rayos! ¿Se puede saber qué haces? Has estado a punto de perder la vida, saltimbanqui temerario.

-Es mejor que no se levante, señor Montalvo. El golpe que recibió fue muy fuerte. Ahorita mismo lo que necesita es permanecer tres o cuatro días más en reposo.

-Debo ir… será demasiado tarde… Radjaidjah… Tchang…

El doctor Paredes cogió una jeringuilla y le pinchó en el brazo.

-Este calmante le hará dormir. Cuando vuelva a despertar le haremos una exploración completa y un electroencefalograma.

Tintín fue cayendo en una densa neblina hasta que quedó dormido.

-Doctor, ¿le quedarán secuelas?

-De momento podemos descartar daños severos. En unas fechas podrá salir y hacer vida normal. Pero deberá tener mucha precaución en no golpearse de nuevo la cabeza, por lo menos durante las primeras semanas. Que evite los deportes de riesgo y las actividades peligrosas.

-¡Rayos y truenos! Se intentará, doctor Paredes… se intentará.

-Por cierto, ¿qué es eso de Radjaidjah? Durante estos días de inconsciencia lo ha repetido en multitud de ocasiones.

-La verdad es que no lo sé, habrá que esperar a que despierte para que nos lo cuente.



Al mismo tiempo, en la embajada belga de Sanfación, los detectives Hernández y Fernández hablaban por teléfono con el teniente Bellier.

-Tintín está inconsciente en el hospital militar, víctima de un atropello.

-¿No les ha dicho nada de lo que haya podido descubrir?

-Decir no nos ha dicho, pero en la maleta que pudimos rescatar tras el atropello había mucha información que incrimina directamente a altos cargos políticos y policiales de los países implicados.

-¿Información? ¿Qué tipo de información?

-De todo… cuentas, pagos, fechas de entrega, documentaciones falsas, nombres de contactos, lugares… Tintín estaba elaborando un croquis con los principales nombres de los implicados en la operación…

-…en la operación del robo de vehículos de lujo, me imagino.

-Por supuesto, todo relacionado con la banda delincuente capitaneada por Allan Thompson. Pero lo que no entendemos muy bien es por qué Allan Thompson aparece en la parte más baja del croquis, cuando se supone que debería ser el centro de todo…

-Tal vez Tintín descubriese algo más.

-Tal vez, pero eso no lo sabremos hasta que despierte.
Last edited by zafiret on 09 Feb 2011, 21:49, edited 3 times in total.
Este foro es contagioso... ¡y hasta peligroso!
Cuidado con EL VIRUS CON COPETE.

User avatar
Tornasola
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Posts: 992
Joined: 23 Nov 2007, 14:42

Re: Buff, me he desvelao

Post by Tornasola » 08 Feb 2011, 09:03

Gracias zafiret, por lo menos no tenemos que esperar de jueves a jueves para que se publique un nuevo episodio, ... :mrgreen:
¿Y el doctor Paredes? ¿De qué parte está?

User avatar
golopu
Zorrino (Rango 26º)
Zorrino (Rango 26º)
Posts: 626
Joined: 12 Apr 2007, 15:06

Re: Buff, me he desvelao

Post by golopu » 08 Feb 2011, 13:04

Vaya! Lo que me he estado perdiendo :flipando:

Lo he leido todo desde el principio, y además haciéndome en la mente las viñetas, por lo que creo que ya debemos estar por lo menos en la página 50 ó 55, ya queda poco para el desenlace que indefectiblemente se producirá en la página 62. :mrgreen:

En serio zafiret: :aplaudir: :aplaudir: :aplaudir: :bien: :bien: :bien:
Image

User avatar
Bigtwin1000
Tornasol (Rango 38º)
Tornasol (Rango 38º)
Posts: 5174
Joined: 07 Jul 2007, 22:44

Re: Buff, me he desvelao

Post by Bigtwin1000 » 09 Feb 2011, 13:12

Tornasola wrote:...¿Y el doctor Paredes? ¿De qué parte está?

... eso eso... ¿de que parte está? :mrgreen: :mrgreen: :pc:


:bien:

User avatar
zafiret
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Posts: 970
Joined: 07 Feb 2008, 23:30

Re: Buff, me he desvelao

Post by zafiret » 09 Feb 2011, 21:30

Sponsz y Bazaroff se reunían en la biblioteca del palacio presidencial, que Alcázar no utilizaba y, además, tenía acceso desde el exterior por una puerta trasera sin ser preciso utilizar la entrada principal. Estaban nerviosos, indecisos, preocupados… Tintín, quien ya les había amargado en otras ocasiones, a quien explícitamente ordenaron matar, les había estado espiando. No sabían desde cuándo ni hasta dónde había podido llegar a saber, pero el hecho en sí mismo ya era preocupante y peligroso. Basil Bazaroff, que había visto el tremendo atropello a Tintín, mantenía que era muy probable que hubiera muerto. Sponsz, que había visto como lo recogían y se lo llevaban, no las tenía todas consigo. Habían peinado todos los hospitales de la capital y de las provincias lindantes… ni rastro. Y no pensaban que en su estado hubiera podido salir del país. Ambos estaban equivocados.

-Por los bigotes de Plekszy-Gladz, creo que deberíamos seguir con el plan trazado, los compradores no deben enterarse de este suceso.

-Si Tintín consiguió sacar información al exterior, si consiguió avisar del lugar de la reunión, podríamos caer todos juntos. No podemos arriesgarnos.

-Maldita sea… el encuentro es dentro de doce días y podríamos perderlo todo. Imagínese que abortamos... Omar Ben Salaad nos mandaría buscar por haberlo estropeado todo y, como mal menor, nos cortaría las manos. A no ser que el sheik Bab El Ehr, que ha invertido muchísimo dinero financiando toda esta operación para que le libremos de Mohammed Ben Kalish Ezab, se tome la justicia por su cuenta y terminemos muertos los dos.

-Realmente no tenemos muchas opciones. Cambiemos el emplazamiento del encuentro, es lo único que podría salvar la situación. Si Tintín ha logrado informar de que iba a tener lugar en Szohôd, en el castillo Bakhine, tal vez les engañemos y cuando acudan allí no encuentren a nadie.

-¿Y dónde lo haremos? ¿China? ¿Khemed? ¿Marruecos?

-Creo que Khemed sería la mejor opción, en la casa del enemigo, en sus mismas narices ¿Quién va a imaginar que el lugar elegido será precisamente ese?

-Sí, la vieja fortaleza del doctor Müller sería el escenario ideal. Actualmente está deshabitada.

-Sea pues, la fortaleza abandonada de Müller será el nuevo escenario de la reunión. Voy a telefonear a todos los contactos y trataré de explicarles que el cambio de ubicación es por su seguridad y el de la operación.

-Por cierto, manhïr. El general Alcázar, ¿ya está loco del todo o aún necesita más tomas de ese extraño jarabe chino?

-Bueno, creo que unas cuántas dosis más y su locura será irreversible.

-Bien, así dejará de ser un problema para siempre.

Basil Bazaroff salió de la biblioteca. Quince minutos más tarde volvió.

-Coronel Sponsz, ¿está usted ahí?

-Amaïh, manhïr Bazaroff. Pase y cuénteme. ¿Ha habido algún problema?

-Bueno…

Una voz atronadora resonó en toda la biblioteca.

-Se acabaron sus fechorías, coronel.

Basil Bazaroff entró en la instancia. Detrás iba el general Alcázar, que lo sujetaba de un brazo mientras lo encañonaba con un fusil militar. Tras ellos, el coronel Álvarez, una docena de militares y dos jóvenes de rasgos orientales con una pistola en la mano. Eran Tchang y Didi.

-Pero… pero… Por los bigotes de…

-… ¡Plexiglass!… Hola, Coronel Sponsz. Nos volvemos a encontrar, aunque ahora no cuenta con el amparo de ese infame de Tapioca... Queda detenido por conspiración, intento de asesinato, contrabando y fumar en una biblioteca. Y usted, querido “suegro”, queda detenido por hacerme tomar ese jarabe asquerosamente amargo que casi termina volviéndome loco.

-Pero… no puede ser… Basil, usted tenía que encargarse de…

-Y lo hice, coronel Sponsz. Pero ese chino inútil no nos dijo que había un remedio.

Tchang intervino y explicó lo sucedido.

-Señores, déjenme que les saque de dudas. Gracias a un telegrama que me envió Tintín hace unos días, cuando descubrió lo que estaba pasando, pude hablar con el doctor Fan Se-Yeng, quien me proporcionó un frasco de contraveneno para Radjaidjah. Cuando llegué aquí y contacté con el coronel Álvarez no me creyó, pero accedió a que se lo suministrara al general. Cuando vio que la recuperación era casi inmediata no tuvo más remedio que convencerse de que mi historia sobre el envenenamiento era verdadera. En cuanto a Abdallah… tranquilos, también se recuperará cuando pueda hacerle llegar este frasco.

-Hace días que recobré la cordura, pero tuve que hacer teatrillo hasta tener una confesión suya de lo que estaba haciéndome.

El coronel Alcázar señaló un libro cuyo lomo hueco escondía un micrófono. Basil Bazaroff no salía de su asombro.

-Ah, y la reunión en Borduria… creo que Tintín estará encantado de conocer esta información que seguro desconoce. Gracias por indicarnos el lugar exacto… jajajajajajajaja.
Este foro es contagioso... ¡y hasta peligroso!
Cuidado con EL VIRUS CON COPETE.

User avatar
zafiret
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Posts: 970
Joined: 07 Feb 2008, 23:30

Re: Buff, me he desvelao

Post by zafiret » 10 Feb 2011, 23:17

Tintín estaba sentado en un sillón de su habitación en el hospital militar de Sanfación. Seguía teniendo el aparatoso vendaje en la cabeza, pero estaba mucho mejor de su dolor de cabeza, ya había ordenado todos sus pensamientos y estaba totalmente consciente. Esa misma tarde iban a quitarle el vendaje y podría irse. Milú dormía tranquilamente a los pies de su amo.

Alrededor suyo, el capitán Haddock, Hernández y Fernández habían escuchado atentamente todo lo que había descubierto Tintín, que había comprobado con alegría que el capitán cogió la maleta correcta en la huida de Alcazarópolis. Faltaba comunicárselo todo al teniente Bellier para que tomase las oportunas medidas en cuanto a la vigilancia y detención de la banda delincuente de Allan Thompson.

En ese momento entró el doctor Paredes con una enfermera.

-¿Cómo se encuentra, señor Montalvo? ¿Cómo le ha ido sentarse, después de tantos días acostado?

-Oh, mucho mejor, gracias. Muy bien. Ahora solo tengo ganas de que me quite el dichoso vendaje y poder irme de aquí.

-Bueno, de momento le dejo aquí “El eco de Sanfación” para que le eche un vistacito. Por la tarde le quitaremos el vendaje para que mañana pueda marchar.

La enfermera dejó el periódico encima de la cama y salió de la habitación junto con el doctor. Al momento volvió a entrar reclamando la presencia de los detectives al teléfono. Unos minutos después regresaron, con semblante cariacontecido.

-¡Escuchen esto! Es increíble…

-Yo aún diría más, es increíblemente increíble.

-Nos acaba de comunicar el teniente Bellier que el general Alcázar ha detenido a Basil Bazaroff y al coronel Sponsz. Estaban envenenando a Alcázar porque descubrieron que era un espía infiltrado.

-Nos ha dicho que el general ha podido salvarse gracias a la providencial aparición de dos personajes orientales que decían estar avisados por Tintín, quienes le han suministrado el contraveneno.

-Tchang y Didi… Oh, Dios mío, han llegado a tiempo. ¡Lo han conseguido! Tenemos que ir inmediatamente a Alcazarópolis para hablar con ellos y con el general Alcázar. Tal vez puedan tener información sobre dónde va a ser la reunión. Ese día es clave para acabar de una vez por todas con la cúpula de la banda de narcotraficantes, ese día hay que dar el golpe definitivo.

-El teniente Bellier también nos ha dicho que tienen una fecha y un lugar, pero que no sabía de qué se trataba. Ahora mismo vamos a ponerle al corriente de todo lo que nos ha contado Tintín. Hay que preparar el dispositivo para cogerlos a todos.

Mientras escuchaba las noticias que le traían los detectives, Tintín ya se estaba quitando la venda de la cabeza.

-¡Rayos y truenos! Para, hijo, para…

-Estoy bien, capitán. Necesito estirar las piernas. Hay que ir urgentemente a Alcazarópolis.

-¡Mil millones de rayos, truenos y centellas! Si ya lo decía yo… se intentará, doctor… se intentará… ¡Pero no se puede! No hay quien para este chico. ¿Reposo? Esa palabra no aparece en su vocabulario.
Este foro es contagioso... ¡y hasta peligroso!
Cuidado con EL VIRUS CON COPETE.

User avatar
Bigtwin1000
Tornasol (Rango 38º)
Tornasol (Rango 38º)
Posts: 5174
Joined: 07 Jul 2007, 22:44

Re: Buff, me he desvelao

Post by Bigtwin1000 » 11 Feb 2011, 10:34

:aplaudir: :aplaudir: :aplaudir: :aplaudir: :aplaudir:

User avatar
zafiret
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Posts: 970
Joined: 07 Feb 2008, 23:30

Re: Buff, me he desvelao

Post by zafiret » 11 Feb 2011, 13:52

Syldavia, el reino del pelícano negro, país lindante e históricamente enemigo de Borduria. En Klow, su capital, el Rey Muskar XII, buen amigo de Tintín y los detectives, les había habilitado un caserón antiguo del siglo XVI de su propiedad, junto al castillo de Kropow, relativamente cerca de la frontera de ambos países. Allí habían preparado todo el operativo para atrapar a la cúpula de traficantes y a todos sus mayores clientes en una reunión que iba a tener lugar dos días después en Szohôd, en el castillo Bakhine.

Según la información obtenida por Tintín en Alcazarópolis allí deberían darse cita, por parte de los contrabandistas, el propio Omar Ben Salaad, cabeza pensante de toda la operación, el sheik Bab El Ehr, que la había financiado interesadamente, Basil Bazaroff , el coronel Sponsz, el doctor Müller y Dawson. Además, compradores tales como el señor Snowball, banquero americano y viejo conocido de Tintín, un comerciante inglés llamado David Baker, Yamato y su desconocido jefe, un alto cargo político español llamado Javier Morales, las hermanas terratenientes colombianas Liliana y Genoveva Ayuso, un tratante de ganado argentino llamado Alejandro Maximiliano Barreiro, un magnate de la construcción marroquí llamado Kemir Bedhi y un jeque árabe llamado Mohammed Haleb Iddahi.

La operación había recibido todo el soporte solicitado, habiendo allí representación de las principales fuerzas especiales de los países implicados. El teniente Bellier y Tintín eran los principales organizadores de todo el entramado policial.

-Señores, debemos ser tremendamente discretos a la hora de desplegar el operativo. Las fuerzas especiales se encargarán de controlar todos los accesos a Szohôd. También bloquearán todas las entradas y salidas por carretera al castillo, pero sólo cuando los objetivos ya estén dentro. Especial atención a las salidas por el bosque lindante, que debe estar totalmente controlado. Los agentes de la ZEP Kronick y Himmerszeck serán los encargados de controlar y organizar estos posicionamientos.

-Los detectives Hernández y Fernández, el capitán Haddock y yo vamos a situarnos dentro mismo del recinto. Solo cuando veamos que es el instante preciso para actuar daremos la señal, que será una bengala lanzada al cielo desde el patio central del castillo. Entonces actuaremos según lo acordado.

-Los agentes Gonçalves, Capicci y Clouseau se encargarán de cubrir con tres o cuatro hombres más las tres salidas del castillo. Los hombres de Paco Miranda quedarán aquí para comprobar que todo se desarrolle según lo previsto y como apoyo logístico a cualquier emplazamiento.

-Cada uno de los equipos tiene mapas de todas las zonas a controlar. No debe haber fallos, pues podríamos ponernos todos en peligro. Señores, vamos a asestar un duro golpe al contrabando internacional.

-Pasado mañana, en la madrugada, partiremos hacia Szohôd. Allí tomaremos posiciones de incógnito, pues no sabemos la hora a la que va a ser la reunión y tenemos que estar preparados para actuar en cualquier momento. Les repito que han de ser discretos, el menor descuido podría dar al traste con tamaña operación. Venga, a trabajar.

Tras estas últimas palabras todos volvieron a sus quehaceres. Tintín, el teniente Bellier y el capitán Haddock se quedaron comentando los detalles.

-Sigo pensando que es muy arriesgado que estén dentro del recinto, se podrían controlar todos los movimientos con cámaras.

-Instalar cámaras en ese castillo que estará sumamente vigilado es imposible. Ya nos las arreglaremos para entrar sin que sospechen de nosotros. De hecho, tengo en mente una idea que podría resultar, ¿verdad capitán?

-¡Rayos y truenos! Una locura es lo que es, ¡una locura! Pero bueno, ya nos resultó una vez, así que…

-¿Qué es lo que pretenden?

-Prefiero no contárselo, pero estoy seguro de que va a resultar. Confíe en nosotros, teniente.

-Bien, bien… esperaremos a la bengala para entrar. Pero recuerde que esto no es un juego…

El gesto de Tintín se endureció en el acto.

-No hace falta que me lo recuerde, teniente. Llevo la imagen de Alain Boullu grabada a fuego en mi mente. Le aseguro que para mí no es ningún juego. Pagarán por lo que hicieron.
Este foro es contagioso... ¡y hasta peligroso!
Cuidado con EL VIRUS CON COPETE.

User avatar
Bigtwin1000
Tornasol (Rango 38º)
Tornasol (Rango 38º)
Posts: 5174
Joined: 07 Jul 2007, 22:44

Re: Buff, me he desvelao

Post by Bigtwin1000 » 11 Feb 2011, 15:34

:pc: :pc: :pc: :pc:


:bien:

User avatar
Scardanelli
General Alcázar (Rango 34º)
General Alcázar (Rango 34º)
Posts: 2420
Joined: 06 Jun 2008, 21:41

Re: Buff, me he desvelao

Post by Scardanelli » 11 Feb 2011, 20:30

zafiret wrote: -No hace falta que me lo recuerde, teniente. Llevo la imagen de Alain Boullu grabada a fuego en mi mente. Le aseguro que para mí no es ningún juego. Pagarán por lo que hicieron.
Quien dice Tintín, dice Charles Bronson o Clint Eastwood... :mrgreen:

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡REVENGE!!!!!!!!!!!!!!!!!!
La vida sin música sería un error

Image
Blog para tintinófilos: http://stratonefh22.blogspot.com/
La web de mi colección: http://stratonefh22.jimdo.com/

User avatar
zafiret
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Posts: 970
Joined: 07 Feb 2008, 23:30

Re: Buff, me he desvelao

Post by zafiret » 11 Feb 2011, 23:27

Pasaban unos minutos delas 8 PM. Por el camino de tierra, un lujoso coche negro se acercaba lentamente a la entrada principal del castillo de Bakhine. El chófer detuvo el vehículo delante de una valla, justo a la altura del vigilante armado que hacía guardia en su garita, que estaba apoyada en uno de los pilares del soportal por el que se accedía al recinto amurallado. Bajando parcialmente la ventanilla el chófer anunció a su pasajero.

-Tenga a bien anunciar la llegada del magnánimo sheik Bab El Ehr.

Tras consultarlo por medio de un transmisor apartó la valla y les dejó entrar. Luego la devolvió a su posición original.

Minutos después se acercó otro vehículo, también lujoso pero de color marrón. El mismo procedimiento que antes tuvo lugar.

-Anuncie la llegada de las hermanas Ayuso.

Tras la pertinente consulta dejó pasar el vehículo. El guardia recibió un último mensaje.

-Sólo queda un invitado a la fiesta, el señor Yamato. En cuanto llegue hágale pasar.

-Entendido, manhïr Bazaroff.

En el patio había una docena de coches perfectamente aparcados, un veterano militar bordurio se había encargado de mantener el orden. En una esquina, flanqueada por otros dos vigilantes uniformados y armados, había un portalón de piedra por el que se accedía a una enorme sala ricamente ornamentada y totalmente acondicionada para el encuentro que estaba a punto de suceder, con una grandiosa mesa de madera y unos cómodos sillones para todos los asistentes. Colgadas de la pared, una gran bandera con el símbolo del faraón Kih-Oskh colocada junto a otra igualmente grande con el escudo de Plekszy-Gladz encabezaban la mesa. Allí estaban todos los invitados de pie hablando entre sí, inmersos en un rumor que hacía casi imposible el entendimiento entre ellos, más si cabe teniendo en cuenta la diversidad de idiomas que se estaban mezclando en esos momentos.

De repente se oyeron unas palmadas. Omar Ben Salaad, en un perfecto inglés, atrajo la atención de todos los presentes.

-Señores, no podemos esperar más. Tomen asiento y comencemos. Cada uno de ustedes tiene su nombre en su sillón.

Empezaban a sentarse justo en el momento en que el receptor de Basil Bazaroff recibió el mensaje del vigilante.

-Atención, piden ser anunciados los señores Yamato y Mitsuhirato.

Basil Bazaroff se quedó dudando unos segundos. Después contestó.

-Perfecto, déjelos pasar y cierra la entrada. Ya estamos todos.

-Entendido, manhïr Bazaroff.

En pocos minutos entraban a la sala el señor Mitsuhirato junto con Yamato y tomaban asiento.

-Disculpen por el retraso, podemos comenzar.

En una parte de la mesa se sentaron los traficantes: Omar Ben Salaad, Basil Bazaroff, el doctor Müller, Bab El Ehr y Dawson. En la otra parte estaban los compradores: Snowball, David Baker, Yamato, Mitsuhirato, Javier Morales, las hermanas Ayuso, Alejandro Maximiliano Barreiro, Kemir Bedhi y Mohammed Haleb Iddahi. Quedó libre el sitio del coronel Sponsz.

De nuevo comenzó a hablar Omar Ben Salaad.

-Antes que nada queríamos agradecerle al sheik Bab El Ehr su generosa financiación, gracias a la cual ha sido posible que este fructífero negocio haya salido adelante.

-De hecho, y perdone que le interrumpa, la ausencia hoy aquí del coronel Sponsz se debe a que está cumpliendo con la parte del trato pactada con el sheik, parte que ha querido solucionar personalmente tras unos problemas que tuvimos en Alcazaróplois y que estuvieron a punto de poner en peligro la operación. Es muy probable que a estas horas Mohammed Ben Kalish Ezab y su hijo loco sean historia, pues hoy estaba previsto que sufriera un terrible atentado terrorista.

Las palabras de Basil Bazaroff provocaron un silencio en la sala y más de una cara de sorpresa entre los invitados. Solo Bab El Ehr tenía la satisfacción pintada en su rostro, podía dar por bien empleado su dinero porque había conseguido su largamente codiciado propósito.

-Bien, continuemos. Estamos aquí reunidos para cerrar todos los acuerdos pactados entre nosotros…

Genoveva Ayuso se levantó y dio un manotazo en la mesa.

-Un momento. Aquí hemos venido para hacer negocios. Somos traficantes, pero no asesinos. No queremos que se nos relacione con actos criminales y…

Omar Ben Salaad la cortó, dejándola con la palabra en la boca.

-¡Tranquilícese, señorita Ayuso! Nada relaciona, ni relacionará, ambos asuntos. El doctor Müller lo había preparado todo, dejando rastros comprometedores que conducirán a los investigadores inequívocamente a Djebel, al sheik Patrash Pashá, amigo de Mohammed Ben Kalish Ezab convertido de la noche a la mañana en su asesino. Sobre él caerán todas las culpas. El coronel Sponsz sólo se ha encargado de culminar el plan. Está todo muy bien pensado, ¿verdad, doctor Müller?

El doctor Müller asintió con la cabeza y Genoveva Ayuso volvió a sentarse. Entonces habló Mitsuhirato.

-Todo esto está muy bien, hay veces que el fin justifica los medios. Pero yo había puesto como condición para participar en este negocio que se me sirviera en bandeja de plata a ese tal Tintín que provocó que mi padre, fiel a sus estrictos valores tradicionales japoneses, se hiciera el hara-kiri. Ustedes simplemente se han limitado a eliminarlo, evitando así que pudiese vengar a mi padre y limpiar su memoria…

-¡Tintín no está muerto!

De nuevo Basil Bazaroff volvía a sembrar el silencio entre los asistentes. Mitsuhirato fue el primero en reaccionar.

-¡¿Cómo dice?! ¿Es eso cierto?

-Tal y como se lo estoy contando. Tuve un encuentro con él en Alcazarópolis y estuve a punto de atraparlo. Huyó malherido, casi muerto, pero…

Omar Ben Salaad golpeó con el puño en la mesa.

-¡¡¡Basta!!! ¿Qué estupidez es esta? Tintín está muerto.

-Eso es lo que nos hicieron creer, pero no era cierto. Tintín ha estado investigando oculto entre las sombras, como si de un fantasma se tratase, bajo el nombre de Gonzalo Montalvo.

-Señor Bazaroff, por favor, siéntese. Señor Mitsuhirato, este tema poco debe preocuparnos hoy. Ahora lo importante es lo que hemos venido a hacer aquí. Si es verdad que Tintín está vivo lo localizaremos y se lo entregaremos, tal y como convinimos. La unión entre Kih-Oskh y Plekszy-Gladz no faltará a su palabra.

-Bueno, bueno… Si son tan amables, ¿podríamos ir al grano? No he hecho ocho horas de avión desde Argentina para oír estas batallitas que nada me interesan ni me importan.

Omar Ben Salaad miró a los asistentes y empezó el relato de la situación.

-La cuestión es la siguiente. La red que tenemos extendida en Europa nos proporciona vehículos de lujo. Estos vehículos son debidamente almacenados el tiempo necesario para realizarles los cambios pertinentes para que no resulten sospechosos. Luego salen en diferentes tandas hacia Bagghar, donde tenemos unas naves comerciales camufladas en los astilleros. En estas instalaciones se tratan las sustancias que queremos transportar, haciéndolas maleables y secándolas en láminas. Hemos adquirido unas máquinas que nos permiten moldear esas láminas dándoles la forma de las partes de la carrocería de los coches. Así, en las naves entran vehículos de lujo que días más tarde vuelven a salir carrozados en sustancias de contrabando. Una vez en los países de destino solo queda desmontar las piezas, lavarlas para quitarle las lacas que les dan color, fundirlas, secarlas y distribuirlas.

-Mi hermana y yo queremos saber de qué sustancias estamos hablando y cuál es el resultado del ensamblaje de las piezas en los coches.

-El señor Yamato ya ha tenido la suerte de ver el resultado de los coches terminados, el coronel Sponsz y yo se lo enseñamos hace pocas fechas.

-Sí, el resultado de los vehículos es espectacular, imposible diferenciarlos de vehículos normales.

-En cuanto a las sustancias, de momento se ha probado con opio y heroína. Pero lo más importante es que las inversiones de cada uno de ustedes deben ser bastante cuantiosas si queremos convertir este proceso en una cadena de fabricación. Actualmente, con las instalaciones que tenemos el proceso es demasiado lento, conseguimos terminar un par de vehículos semanales.

-Sí, hablamos de financiación pero… ¿y los beneficios?

-Estimado señor Morales, el precio que pueden llegar a alcanzar estas sustancias en el mercado le hará amortizar su inversión en pocos envíos, se lo aseguro.

-De todas formas, por si tienen dudas de la calidad de los vehículos, ahora pasaremos al garaje subterráneo y podrán comprobar el resultado. Aquí tenemos un
par de ellos terminados para que los vean.

Ese era el momento perfecto. Los tenían a todos juntos, negociando, hablando de envíos, de dinero, de sustancias… y con pruebas. Escapando a la atención del resto unas manos furtivas abrieron un ventanal e hicieron un gesto. El veterano militar bordurio que cuidaba los coches sacó una pistola de bengalas y disparó al aire. Era la señal.

El resplandor en la noche hizo que todos se callaran al instante.

-¿Qué ha sido eso?

-Alguien ha disparado ahí afuera.

Omar Ben Salaad se asomó al ventanal y vio cómo se abría la puerta principal del castillo y empezaban a entrar hombres armados.

-Nos han descubierto.

En un instante se formó un lío tremendo dentro de la sala. Todos querían huir a la vez. Los dos vigilantes que flanqueaban la entrada a la sala cerraron el paso y tomaron posiciones.

-Quietos todos. Quedan detenidos.

-Yo aún diría más. ¡Quietos! Quedan todos detenidos.

Las primeras unidades que habían entrado en el patio se habían encargado de reducir a los chóferes mientras que el capitán Haddock había cortado las posibles salidas por los ventanales.

Liliana Ayuso sacó un revólver que llevaba escondido en una de sus botas, pero no llegó a utilizarlo porque uno de los detectives la desarmó con un certero disparo. Poca resistencia más plantearon el señor Snowball, David Baker, Yamato, Javier Morales y los demás compradores.

Omar Ben Salaad aprovechó la confusión para escapar por una pequeña puertecita de servicio que daba a las cocinas. Mitsuhirato, Müller y Basil Bazaroff escaparon con él. En pocos minutos, las fuerzas especiales tenían controlada la situación.

Müller los adelantó a todos e intentó guiarles.

-Vengan, por aquí hay una salida trasera. Corran…

Al girar la esquina del pasillo se encontró de frente con los hombres del inspector Clouseau.

-¡Alto! Quedan detenidos.

Müller no pudo evitar caer en sus manos. Aun así se defendió como un león, lo que permitió a Omar Ben Salaad, a Mitsuhirato y a Basil Bazaroff volver atrás.

-Miren, por aquí… es la bajada al garaje.

Bajaron por un largo tramo de escaleras y entraron en un amplio garaje en el que había dos coches de lujo aparcados. Sin duda eran las pruebas que buscaban.

-Venga, subamos. Este castillo tiene una salida mediante unos túneles que nos llevarán lejos del alcance de los policías.

Omar Ben Salaad subió al coche y lo arrancó. Mitsuhirato también subió… pero Basil Bazaroff se quedó fuera.

-Lo siento, caballeros. Creo que no van a ir a ninguna parte.

Basil Bazaroff encañonaba con un revólver a sus compañeros de huida.

-Pero… ¿qué le pasa?

-Señores, salgan del coche con las manos en alto y apóyenlas en la pared.

Ambos obedecieron. Mientras tanto, Basil Bazaroff se quitó el gorro, la peluca y la barba postiza.

-¡Tintín! Debería habérmelo imaginado.

-Omar Ben Salaad. De nuevo cruzamos nuestros caminos.

-¿Cómo? ¿Éste es Tintín? ¿El asesino de mi padre?

-Yo no maté a su padre. Su padre eligió el mismo camino criminal que usted y termino con su vida por decisión propia.

-No es verdad. Usted humilló a mi padre y provocó su deshonor, lo que no le dejó más remedio que… que…

-Sí, es verdad. Él es el asesino de tu padre. Lo disfrazaron como un hara-kiri, pero realmente fue él.

-¡Eso es mentira! ¿Qué quiere conseguir, Omar Ben Salaad?

-¿Es cierto eso? ¿Realmente mató usted a mi padre?

-Ya le he dicho que no, su padre se quitó la vida…

-No le haga caso, Mitsuhirato. Fue él.

-Es usted un embaucador.

-Fue él, pero no lo reconocerá.

Mitsuhirato se iba enojando cada vez más, Omar Ben Salaad estaba consiguiendo su propósito.

-No le haga caso, está intentando…

-¡Te mataré!

Mitsuhirato saltó como un tigre encima de Tintín. Ambos empezaron a forcejear. Omar Ben Salaad aprovechó para saltar dentro del coche, arrancar y huir por el túnel a toda velocidad. Tras una larga disputa el revólver de Tintín se disparó de forma fortuita y alcanzó a Mitsuhirato, quien murió en el acto. Tintín no se entretuvo mucho, cogió el otro coche y salió tras Omar Ben Salaad, pero éste ya le llevaba mucha ventaja.

Llegó al final del túnel, que no estaba vigilado. Ni rastro del otro coche. Dio un golpe de frustración en el volante, Omar Ben Salaad se le había escapado.

Mientras, en el castillo de Bakhine la situación estaba totalmente controlada.
Este foro es contagioso... ¡y hasta peligroso!
Cuidado con EL VIRUS CON COPETE.

User avatar
Bigtwin1000
Tornasol (Rango 38º)
Tornasol (Rango 38º)
Posts: 5174
Joined: 07 Jul 2007, 22:44

Re: Buff, me he desvelao

Post by Bigtwin1000 » 12 Feb 2011, 02:07

:adorar: :adorar: :adorar: :adorar:

User avatar
Chester
Bianca Castafiore (Rango 33º)
Bianca Castafiore (Rango 33º)
Posts: 1648
Joined: 11 Apr 2007, 17:37

Re: Buff, me he desvelao

Post by Chester » 12 Feb 2011, 12:45

:buenisimo: :buenisimo: :buenisimo: Ni en mis mejores sueños. :aplaudir: :aplaudir: :aplaudir:

¡GRACIAS! :bien:

Hasta pronto
¡Fidji…! ¡Fidji…! ¡Fidji…! ¡Buldú, buldú, buldú! ¡Aya, aya, ayayaaa!

User avatar
zafiret
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Doctor J. W. Müller (Rango 31º)
Posts: 970
Joined: 07 Feb 2008, 23:30

Re: Buff, me he desvelao

Post by zafiret » 12 Feb 2011, 22:14

Hacía un calor insoportable. A pesar de ser Bagghar una zona costera, la humedad existente hacía que el sofoco fuera asfixiante. La policía marroquí había registrado minuciosamente todos los astilleros y había desmantelado las fábricas en las que se trataban las sustancias ilegales para laminarlas. Tintín con su inseparable Milú, el Capitán Haddock y los detectives Hernández y Fernández habían supervisado la operación y las detenciones se habían hecho sin incidente ninguno.

-Capitán, antes de partir quiero comprobar una cosa.

-Tranquilo, grumete. ¿En qué estás pensando?

-Me gustaría echar un ojo personalmente a la casa de Omar Ben Salaad. Sé que es una locura pensar que tras su huida haya vuelto allí, pero tal vez podría encontrar alguna pista o algo que hayan pasado por alto los policías marroquís que la han registrado.

-¡Rayos y truenos! No le des más vueltas, el traficante este tardará mucho tiempo en volver a aparecer.

-De todas formas…

En ese momento vio a lo lejos a Achmed y al teniente Delcourt, comandante del puesto de Afghar. Salió disparado para encontrarse con ellos.

-¡Teniente! ¡Teniente Delcourt!

-Hola, Tintín. Dichosos los ojos. ¿Qué le trae por aquí? Hay mucho movimiento policial en el puerto durante esto días.

El capitán Haddock llegó corriendo unos momentos después, resoplando y con la cara roja.

-Sí, la verdad es que… Oh, ¿se acuerda del capitán Haddock?

-Jajajajajaja, cómo olvidarlo… disparó él más insultos por su boca aquél día en el pozo Kefheïr que balas nosotros por nuestros fusiles… ¿Te acuerdas, Achmed?

-¡Rayos y truenos! Hice huir… a todo un ejército… de beréberes.

-La verdad es que el movimiento policial lo hemos organizado nosotros, teniente. Hemos desarticulado una peligrosa banda internacional de traficantes de opio y heroína. Tenían sus almacenes ocultos en unas naves de los astilleros de Bagghar. El jefe de toda la operación, Omar Ben Salaad, consiguió escapar cuando…

-Discúlpeme, amigo mío. Debe de haber alguna confusión. ¿Ha dicho Omar Ben Salaad?

-Sí, eso he dicho. Era el cabecilla de toda la operación y movía los hilos desde…

-Perdone que vuelva a interrumpirle, amigo, pero esto que usted me cuenta es imposible. Omar Ben Salaad fue condenado a quince años de prisión por tráfico de estupefacientes y trasladado por seguridad a la prisión del puesto de Afghar. Allí falleció hace unos años víctima de una enfermedad.

-¡¿Cómo?! No puede ser…

-¡Mil millones de rayos, truenos y centellas! Pero si estaba en Borduria hace…

-Tal y como se lo cuento. Achmed en persona se encargó de certificar su muerte y enterrarlo en una fosa común.

Tintín no se lo podía creer. ¿Qué extraño misterio giraba en torno a Omar Ben Salaad?

-Rápido, capitán. Tenemos que ir a su casa. Creo que nos han engañado.

-Esperen, les acompañamos.

Todos corrieron calle abajo y llegaron rápidamente a la casa de Omar Ben Salaad. La puerta estaba precintada por la policía pero a pesar de esto entraron.

Tras un minucioso registro de más de dos horas desistieron de encontrar ninguna prueba.

-¡Mil rayos! Nada, ni un indicio, ni una pista…

-Tengo la sensación de que algo se nos escapa. Está demasiado “limpio”. No sé…

Cuando ya se disponían a abandonar el lugar el teniente Delcourt observó algo que le llamó la atención.

-Mire, Tintín. El desgaste de esta parte del suelo es mayor que en el resto de la habitación. Parece incluso que este desgaste desaparece tras esa librería.

-Ayúdenme, vamos a moverla.

Los cuatro intentaron apartarla, pero era imposible, estaba totalmente cogida a la pared.

-Debe haber algún mecanismo…

Achmed comenzó a sacar todos los libros de los estantes, hasta que uno de ellos hizo un sonido metálico al tirar de él y la estantería se abrió como una puerta. Un túnel oscuro con una escalera descendiente tallada en la piedra apareció ante ellos.

-Oh, me parece recordar este sitio. Creo que el capitán y yo salimos por aquí cuando… ¿se acuerda, capitán?... Fue durante el caso del cangrejo de las pinzas de oro… pero lo recuerdo muy vagamente…

Encendieron la luz desde un interruptor que había en la pared y bajaron con precaución, con los revólveres en la mano. Cuando estuvieron bajo del todo se encontraron una larga galería de cemento. Al final había una puerta metálica entreabierta. La empujaron muy lentamente y terminó de abrirse. Comprobaron que no había nadie.

Sobre una mesa que había apoyada en la pared de enfrente encontraron infinidad de recortes de periódico sobre la operación que acababan de desmantelar, con anotaciones en los márgenes y comentarios. Había muchas fotos, de vehículos, de personas anónimas, de lugares...

En la parte inferior del ala derecha de la mesa había una cajonera con tres cajones. En el primero de ellos encontraron varios pasaportes cumplimentados pero sin fotografía. En el segundo hallaron una pistola y municiones. El tercero estaba vacío, pero era menos profundo que el resto. Bajo un falso fondo encontraron dos fajos de billetes.

En un perchero había colgadas varias chilabas, además de dos chaquetas y un sombrero. En un par de sillas, junto a la pared, había tiradas unas cuantas camisas arrugadas y un par de pantalones. Debajo de ellas, dos pares de zapatos llenos de polvo y un par de babuchas.

En la pared de la derecha encontraron lo más llamativo. Una foto de Tintín de un tamaño bastante grande. Tenía un cuchillo clavado en el centro y marcas de otros cuchillazos por toda la cara. Quien había estado allí jugaba a la diana con ella para practicar la puntería. Debajo de la foto, apoyado contra la pared, encontraron un enorme estuche azul de guitarra que contenía, convenientemente camuflado, un rifle de francotirador con mira telescópica.

En una pequeña estantería, colocada en la pared de la izquierda, encontraron un espejo de sobremesa, maquillaje, varios postizos faciales y diferentes postizos capilares. Había orejas, narices, barbas, perillas, patillas, lentillas de colores…. En el estante inferior encontraron un par de cajas de cigarros puros “Flor Fina”. Justo al lado de éstos, en un estuche cuidadosamente guardados, encontraron tres monóculos.

Tintín y el capitán Haddock se miraron. No podía ser.

-¡Mil rayos! Cómo hemos podido ser tan zoquetes, nos ha engañado a todos.

Tintín se echó las manos a la cabeza y apoyó la espalda en la pared, visiblemente abatido. El capitán Haddock se quitó la gorra, la tiró con rabia al suelo y se apoyó en la mesa con ambas manos, cabizbajo.

-¡Rastapopoulos! ¡¿Cómo no me he dado cuenta?!

Por la mente de Tintín pasó en unos segundos todo lo sucedido en meses. Todo había sido obra de él, de Rastapopoulos. Él fue quien le envió la información para que se pusiera a investigar. Él fue quien lo preparó todo para matarle y él en persona fue quien asesinó a Alain Boullu al confundirlo. Él, él, él… Un sentimiento de rabia y desazón inundó su corazón.

FIN
Last edited by zafiret on 12 Feb 2011, 22:49, edited 1 time in total.
Este foro es contagioso... ¡y hasta peligroso!
Cuidado con EL VIRUS CON COPETE.

Post Reply

Return to “Otras cosas de Tintín”

Who is online

Users browsing this forum: No registered users and 1 guest