30 aniversario de "El imperio contraataca"
Posted: 22 May 2010, 10:21
Cómo pasa el tiempo, amigos. Parece que fue ayer cuando estaba en un cinde estreno viendo "El Imperio contraataca".Era sesión continua y llegué a la mitad. Me quedé a la siguiente sesión y la vi hasta el final, con lo que me tragué película y media (ya de por sí larga).Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero a mí me pareció mejor que la primera.Más oscura y opresiva que La guerra de las galaxias, con aquella música siniestra de Darth Vader que estrenaban para la ocasión y que hoy es todo un clásico. Aquella ciudad en las nubes, con el inquietante Lando, que no se sabía si era bueno o malo. Y estamos hablando de la película en la que por primera vez aparecía Yoda, hoy un personaje muy presente por todos lados, conocido hasta por quienes odian esta saga.
Como hemos dicho algunas veces,suele ser bastante definitorio la edad a la que uno lee un comic o ve una película. En mi caso, creo que esta trilogía me pilló en las edades ideales para disfrutarlas: 10, 13 y 15 años. Pero ya al Retorno del Jedi le vi más la tramoya, no sé, mi mejor recuerdo es de la segunda.
Fueron las primeras películas no infantiles que iba a ver al cine, y cada una de ellas era cita obligada con la taquilla. Junto con las de Indiana Jones, me acompañaron en el paso de la infancia a la adolescencia.
Hoy, 30 años después, tienen el extraño poder de transportarme a la edad en que las vi, quizá porque se desarrollan en un mundo propio, ajeno al paso del tiempo.
Como hemos dicho algunas veces,suele ser bastante definitorio la edad a la que uno lee un comic o ve una película. En mi caso, creo que esta trilogía me pilló en las edades ideales para disfrutarlas: 10, 13 y 15 años. Pero ya al Retorno del Jedi le vi más la tramoya, no sé, mi mejor recuerdo es de la segunda.
Fueron las primeras películas no infantiles que iba a ver al cine, y cada una de ellas era cita obligada con la taquilla. Junto con las de Indiana Jones, me acompañaron en el paso de la infancia a la adolescencia.
Hoy, 30 años después, tienen el extraño poder de transportarme a la edad en que las vi, quizá porque se desarrollan en un mundo propio, ajeno al paso del tiempo.